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Una Coalición Fuerte

Publicado en Clarin 26/04/2019

Dos tareas debe enfrentar la Argentina para escapar de sus recurrentes crisis y secular declinio. En primer lugar, estabilizar su maltrecha economía y en segundo lugar conducirla hacia un crecimiento sustentable que le permita ingresar al club de países de alto desarrollo.

Por qué es tan difícil enderezar la nave? Creo que hay dos razones principales. En primer lugar, un gobierno parlamentariamente minoritario y en consecuencia débil, debe lidiar con una oposición que tendría dificultades de regresar al poder si el gobierno tiene éxito en la tarea. 

Pero hay una segunda razón que es aún mas decisiva. La esencia del problema argentino puede sintetizarse en la frase: país poco desarrollado que se cree bastante desarrollado. 

La explicación de este dilema es la existencia de periodos de fuerte redistribución en momentos económicamente excepcionales suficientemente prolongados para que se pensaran como normales. Sucedió con el primer Perón, con Menem y con los Kirchner; su explicación: ingentes recursos provenientes de sistemas previsionales en formación, venta de activos públicos, endeudamiento externo o auge del precio de los commodities permitieron las diferentes bonanzas, oh casualidad, durante gobiernos peronistas. Sobre el gobierno peronista de Isabel Martinez y sus resultados no es necesario abundar

Así, una economía fundamentalmente primaria con poco valor agregado junto a una industria con escasa capacidad exportadora solo pudieron satisfacer las expectativas del grueso de la población y en especial de la extensa clase media en momentos donde esas coyunturas excepcionales permitieron experimentar un sensible bienestar económico. En otras palabras, cuando hubo manteca para tirar al techo.

Pero la situación económica  y política se tornaba crítica cuando las circunstancias favorables desaparecían y aparecía con claridad la endeblez del sistema productivo frente a las expectativas y experiencias de consumo que buena parte de la sociedad experimentó en los  extensos periodos de bonanza. En este caso la presión política por retornar a la experiencia de dichos periodos conducía a fuertes crisis económicas, sociales y políticas que no encontraban solución hasta la aparición de nuevas circunstancias excepcionales

En este contexto cabe preguntarse que sucedería si luego de la crisis no aparecieran nuevas circunstancias excepcionales. Por ejemplo, que hubiera sucedido si luego de la crisis de comienzo del milenio no hubiera aparecido una demanda intensa de nuestra creciente producción agrícola junto a alza sustantiva de precios y un flujo intenso de divisas que permitió experimentar una vez mas bonanza; ciertamente la crisis se hubiera profundizado con empobrecimiento generalizado e inestabilidad y alta conflictividad politica

Así gran parte de nuestra sociedad hoy como en el pasado, está convencida de que solo la mala praxis del  gobierno es la responsable de no haber superado ya la crisis para encaminarse hacia otra etapa de alta prosperidad. 

Por lo tanto, un camino es esperar un nuevo milagro (Vaca Muerta?). El segundo ponerse a trabajar para no depender de milagros. Y en esto un primer paso es ineludible: Un amplio y mayoritario gobierno de coalición es necesario.  La tarea básica de ordenar la economía requiere mucho poder político. Y también un programa de educación ciudadana que de cuenta de la fragilidad de la economía y de las posibilidades distributivas. 

No creo que ello pueda realizarse en este año electoral; ojala en el próximo gobierno, pero todavía falta para las elecciones y no hay que jugar con fuego porque las papas pueden quemar. Comenzar a recorrer el camino hacia una economía y sociedad relevante en el contexto internacional es la gran tarea a enfrentar pero habrá que esperar hasta completar la primera.

 

1 comentario

  1. Héctor Edgardo Barberis

    Estimado Maestro (porque sí lo fue de mí) creo que la raíz del problema argentino radica en un error de apreciación de las masas. La riqueza, que podemos tenerla en alguna medida, requiere de su extracción y transformación y para eso se requiere de un pueblo que sepa que la única manera de crecer es trabajando e investigando. El Estado ha acostumbrado a buena parte del pueblo argentino a vivir de la prebenda. Fueron dos o tres generaciones de mantenidos. Por ahora no entienden que el sistema no da para más, ni tampoco entienden que aunque tengamos a Maradona, a Messi y al Papa Francisco, el resto de los cuarenta y cuatro millones no lo son. Y por tanto, como dijera alguien de mucha sapienza, los argentinos debemos ir a las cosas.

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