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¿Enseñanza Religiosa o Enseñanza de las Religiones?

Publicado en Clarín 26/09/2017

A raíz de la demanda judicial de un grupo de padres de alumnos de escuelas públicas salteñas y de la Asociación por los Derechos Civiles contra la provincia de Salta en relación a la enseñanza religiosa en horarios de clase, se produjeron varias sesiones de Audiencia convocadas por la Corte Suprema de la Nación y han sido publicados en medios gráficos distintos puntos de vista de personas destacadas. Todas estas instancias han expuesto los argumentos a favor y en contra de la enseñanza (y de la práctica) de la religión (casi exclusivamente católica) en dichas escuelas.

No voy a repetir argumentos sobre la desigualdad, discriminación, violación de la privacidad, estigmatización y marginalización que algunos de los amicus curiae en la Audiencia han expresado respecto a la forma como se encara la enseñanza religiosa en Salta. Voy a apartarme de estos aspectos jurídicos suficientemente por otros planteados para abordar el ángulo educativo/pedagógico del problema: mientras estoy en desacuerdo con la enseñanza casi exclusiva de la religión católica y mucho más de las prácticas religiosas católicas en las escuelas públicas, entiendo que la religión como fenómeno socio-cultural merece un lugar en el conocimiento y la formación de las personas. Pero hay tres aspectos a tomar en cuenta.

En primer lugar, no cualquiera está en condiciones de enseñar filosofía. Se necesita una formación universitaria. Lo mismo debería valer para quienes enseñan historia o sociología de las religiones. El problema es que mientras son abundantes las instancias donde se forman profesores de filosofía, no sucede lo mismo con la formación de profesores en temas religiosos en sentido amplio. Entendámonos bien: Son escasísimas las instancias de nivel superior donde se forman personas capaces de dar el núcleo de las creencias y valores junto a los hechos históricos más relevantes de principales religiones y además de una forma no sesgada. Esto no es simple, ni siquiera en la enseñanza de la filosofía; como anécdota, mi profesor de filosofía en la universidad mientras se deleitaba exponiendo las ideas de San Tomas de Aquino, se burlaba abiertamente del pensamiento hegeliano y marxista.

En segundo término, ¿hay una edad para la enseñanza de las religiones?. Así como no se enseñan corrientes filosóficas a niños de la primaria no es muy difícil de imaginar que la enseñanza de la religión a esos niños representa un desafío probablemente mayor. Este tipo de conocimientos implican un grado de madurez en el receptor que difícilmente se alcance antes de los últimos años del nivel medio de enseñanza. El pensamiento de Kant o de Hegel no tienen mas complejidad para el proceso de enseñanza que dogmas de fe como la resurrección o la reencarnación.

En tercer lugar está el tema de cuales religiones enseñar dada la existencia de un número muy grande de las mismas. Un criterio que parece sensato es concentrarse en aquellas principales del pasado y del presente: el politeísmo griego y romano, el budismo, el cristianismo y sus diferentes variantes, el judaísmo, el islamismo, etc. Pero claramente dejar fuera otras religiones tienen implicancias. ¿Deberían incluirse religiones relevantes para un país en particular como por ejemplo las cosmovisiones religiosas de pueblos originarios de la Argentina?

En conclusión, dado que estas tres condiciones no existen para la enseñanza de las religiones como la está llevando a cabo la provincia de Salta, el resultado es lisa y llanamente la promoción de una religión en particular constituyendo, como varios colegas han expresado, una violación de derechos establecidos en la constitución nacional.

Ojalá llegue el tiempo donde el conocimiento del contenido de las religiones sea amplio porque seguramente ayudará a entender mejor al ser humano y la sociedad en la que vive.

2 comentarios

  1. maría del carmen vidal

    Estimado Aldo, concuerdo con vos en que quien enseñe religión debe estar tan capacitado como el que enseñe física, dentro del ámbito de las escuelas confesionales o religiosas. No estoy de acuerdo con que en la escuela pública deba enseñarse religión. No soy una persona religiosa ni tampoco mi marido. Nuestra hija va a una escuela mixta bilingüe laica, que elegimos no solo porque la enseñanza es de excelencia, sino también porque es laica. Algunas familias (que seguramente serán minoría y que en democracia también deben ser tenidas en cuenta ) quizás no posean los medios económicos para garantizar a sus hijos una educación laica. Ahí la importancia del estado para brindar esa posibilidad.
    Por qué mencionaste a modo de ejemplo Kant y Hegel y no Nietzsche? saludos

  2. Aldo Isuani

    Estimada María del Carmen. Creo que el contenido de las religiones constituyen un hecho socio-cultural que merece ser objeto de conocimiento como tantos otros. Es desarrollo cultural que, por ejemplo, un católico o un ateo pueda conocer el contenido de otras religiones. Pero ello debe ser hecho por personas calificadas para ello y en una edad donde esas ideas puedan ser asimiladas adecuadamente. Gracias por tu comentario

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