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Asignación ¿Universal? por Hijo

Si uno parte de los tres principios que estructuran las políticas sociales en el mundo, que son el principio de la universalidad (todos tienen derecho), el principio de la contribución (tienen derecho los trabajadores formales) y el principio de la discrecionalidad (tienen acceso aquellos que el gobierno quiere), claramente la Asignación Universal por Hijo (AUH) se ubica  dentro este último principio. Son beneficios que no están abiertos a todos los ciudadanos ya que un elemento clave es que establece un ingreso mínimo por encima del cual el sector informal no tiene acceso. Es para mí claro que no hay forma alguna de determinar el ingreso de los sectores informales, y por lo tanto necesariamente, el fijar un ingreso como requisito para acceder al beneficio es algo que deja la selección del beneficiario al poder administrador, y es por esta vía donde suele colarse el clientelismo político y el manejo discrecional de los recursos.

Este beneficio ha ampliado significativamente la cobertura, pero todavía estamos con una deuda con los chicos más pobres de las provincias más pobres adonde todavía el programa no llegó. Todavía están afuera aquellos a los que es más difícil acceder, no tanto en los grandes centros urbanos sino en el interior profundo y al cual se debería llegar una vez que se remueva el requisito de los 1500 pesos de salario mínimo

El programa no obstante, está claramente diseñado de acuerdo a la lógica que en América Latina han impulsado los organismos internacionales básicamente los bancos multilaterales en términos de lo que se denominan transferencias condicionadas de ingreso; son condicionalidades que podemos llamar “light”. No estamos hablando de una contraprestación “pesada” como puede ser una actividad laboral para los padres, pero claramente plantean una diferencia significativa con otros sectores de trabajadores. Reproduce una estratificación que lo vemos por ejemplo en el sistema de salud con los sectores de altos ingresos teniendo su medicina privada, los sectores medios los trabajadores organizados en obras sociales y los sectores de bajos ingresos acceso al sector público, cuando tienen acceso. Aquí sucede más o menos lo mismo, es decir los chicos de las personas de mayores ingresos tienen excepción impositiva; las asignaciones familiares no solamente no tienen condicionalidad para los trabajadores del sector formal sino que además se les paga por enviar los chicos a la escuela, es decir, hay un subsidio por escolaridad mientras que aquellos receptores de la AUH como son “pobres, maleducados y quién sabe qué harán con la plata”, no solamente se le ponen condiciones diferentes al sector formal sino que además tienen que demostrar que sus chicos van a la escuela.

Ciudadanos de primera, de segunda y de tercera clase. Esa es la sociedad que hemos construido

1 comentario

  1. Aldo Cajal

    Estimado Dr. Isuani, no comparto las afirmaciones que realiza usted en este artículo, algunas de ellas, basadas en prejuicios y no en evidencia empírica. Yo trabajo en ANSES en el área de Asignación Universal por Hijo desde que se implementa dicho programa y nunca observé manejos clientelísticos en la otorgación del beneficio, todo lo contrario, la Asignación Universal terminó con la mayoría de los planes sociales anteriores, que sí se manejaban de esta manera. En ANSES no puede haber clientelismo porque para obtener una Asignación solo hay que acercarse a una oficina y dejar la documentación correspondiente y el sistema determina automaticamente si la persona puede acceder al beneficio, el empleado de ANSES no tiene injerencia en esto. Si le interesa el tema yo le puedo enviar más información. Aprovecho para dejarle un saludo, lo admiro mucho y me gusta mucho su blog, yo también soy politólogo y militante como usted, aunque en mi caso soy peronista

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