Publicado en Clarin 16 de abril 2020

El planeta está enfrentando una pandemia global que en el país se agrega a la “herencia” económica. Una más, ya que las “malas herencias” han sido la regla en las transiciones políticas. Alfonsín del gobierno militar, Menem de Alfonsín,  Los Kirchner del combo Menem, De la Rúa, Duhalde y Macri de los Kirchner.

No entraré en las razones puntuales: hiperinflación, crisis de la convertibilidad, muy alto déficit fiscal, gran endeudamiento, entre otras. Sí quiero señalar como hice en mi nota anterior en este diario (2/10/19) que el problema de fondo radica en la conflictiva relación entre un capitalismo frágil, una sociedad convencida de que es mas rica de lo que efectivamente es y una democracia cortoplacista

Tanto la fragilidad del capitalismo como la sociedad desinformada son fenómenos difíciles de modificar en el corto plazo. Es el funcionamiento de la democracia el que puede incidir mas rápidamente en hallar un camino que permita superar el crónico declinio del país. Veamos: cada vez es mas aceptado que un acuerdo político amplio sobre las grandes políticas nacionales es imprescindible. Pero como lograrlo si cada 2 años hay que revalidar títulos y las derrotas significan pérdida de poder o desplazamiento del mismo. Y como acordar, si para la oposición el apoyo al éxito del gobierno implica perder la oportunidad de reemplazarlo. Por el contrario el incentivo es cooperar para que fracase. Este es un dilema insoluble; acuerdos y pactos sociales o intentos de políticas de estado están destinados a sucumbir frente a la competencia electoral bianual, periodo claramente insuficiente para resolver los problemas que dejan pesadas herencias

Cual podría ser una salida para resolver este dilema? La Utopía: Un gobierno de Unidad Nacional. ¿Como instrumentarlo? La iniciativa debe partir del actual gobierno convocando a los lideres de la oposición a espacios en el mismo, a sus éxitos y sus fracasos. Pero no se trata de un gobierno “con ministros de otros palos”, sí uno donde las decisiones del Ejecutivo surjan de acuerdos en un gabinete integrado también con los lideres de la oposición. Como integrarlo y en que proporción no es tema para esta nota

En la lucha contra el coronavirus, si el gobierno tiene malos resultados, sumados al deterioro económico ello puede tanto hundirlo y llevarnos a una etapa caótica como incentivar la convocatoria a la Unidad Nacional. El éxito en esa lucha por el contrario, seguramente afirmará su confianza y autoridad alejando cualquier idea de convocar a la oposición a gobernar pero creo que esto tendrá patas cortas y resuelta la crisis sanitaria se instalaran una vez mas los problemas crónicos preexistentes a los que se sumarán los efectos de la pandemia.

Ahora bien asumiendo que hay chance de que este gobierno de excepción tome vida, el mismo debe estar basado en una estrategia de largo plazo sobre temas centrales (inserción económica y política internacional, finanzas publicas, funcionamiento de la justicia, sectores económicos a impulsar, etc) e implica un trabajo arduo y veloz por parte de las principales fuerzas políticas, socias en el gobierno, mientras van acordando e implementado las acciones que curen las heridas en el cuerpo social.

Un hecho de esta naturaleza enviaría un potentísimo mensaje positivo a la sociedad argentina y a la comunidad internacional. Soy consciente de las enorme dificultad de producir un cambio de esta naturaleza en el sistema político pero creo que vale la pena pensar en ello.

De no seguirse un camino excepcional de esta naturaleza es poco probable que el ciclo vicioso, las malas herencias y la crónica decadencia sean evitadas. Veo muy difícil que el nuevo gobierno pueda resolver en los tiempos que tiene los problemas de naturaleza económica que eviten su desgaste y posterior derrota.

Puedo estar equivocado pero la historia no permite optimismo en esto.