Publicada en Clarín, 6 de Junio 2023
Las heridas en el cuerpo social causadas por la Gran Depresión y la Primera Guerra Mundial fueron el caldo donde Facismo y Nazismo florecieron sumiendo al mundo en un periodo trágico. Su derrota permitió el surgimiento del mundo keynesiano y el inicio de una etapa de estabilidad y progreso, pero su derrumbre a partir de los setenta del siglo pasado dio paso a incertidumbres y fragilidades en buena parte del planeta. Y nuevamente aparecen miradas que exaltan formas autocráticas de gobierno con fuertes críticas y repudios a la política y los políticos, provocando un debilitamiento de los sistemas democráticos.





